domingo, 1 de agosto de 2010

En Mérito del Kidush


- Mucho tiempo antes de que Rab Huna se convirtiera en un gran sabio de la Torá, trabajaba la tierra. Incluso cuando trabajaba arduamente en los campos, estudiaba Torá cada momento libre del día y durante casi toda la noche.

Después de muchos años, se convirtió en un gran sabio, uno de los más ilustres de su generación. Pero aún así era un hombre muy pobre.

Cierta vez, mientras todavía era un trabajador de los campos, dos personas se dirigieron a él y le pidieron si puede atender una disputa entre ellos.

"Si ustedes contrataran un obrero para cosechar los dátiles en mi lugar, daré mi veredicto" - respondió. "De otra manera no puedo parar mi trabajo!".

Rab Huna nunca pidió por ayuda, ni deseó ser honrado a costas de alguien.

Cierta vez, retornando de su trabajo en el campo, con su azada en el hombro, se encontró con Rab Jana bar Janilai, uno de los sabios más jóvenes de aquella época. Rab Jana quiso honrar al Rab Huna cargando la azada para él.

Pero este lo rechazó. "Si estás acostumbrado a cargar herramientas para vos mismo, entonces yo concordaré; pero si no cargas tus herramientas de trabajo, no puedo dejarte cargar la azada para mí. No puedo permitir que vos te desgastes para honrarme!".

Rab Huna era tan pobre que no siempre poseía dinero suficiente para comprar el vino para el Kidush de Shabat.

Un día fue visitar a su profesor, el ilustre sabio – llamado "Rav" por abreviación – lo cual entonces dirigía la Ieshivá de Sura.

Rav notó que Rab Huna se veía diferente de lo habitual; Él no estaba usando su cinturón. En vez de eso, usaba una cuerda vieja gastada.

Rav preguntó sorprendido: "Que te ocurrió Rab Huna?

Qué es lo que estás vistiendo?

Dónde está tu cinturón?"

 "Es que no tenía dinero para comprar vino para el Kidush - respondió.

Aunque en este caso se pueda hacer Kidush con dos panes, nosotros estudiamos que siempre es preferible recitar el Kidush sobre el vino. Por lo tanto, pedí prestado el dinero para comprar vino para el Kidush y di mi cinturón como garantía hasta poder devolver el préstamo con mi salario."

Rav se paró delante de su eminente alumno y lo contempló.

Parecía un pobre con su cuerda gastada.

Rav se quedó conmovido por su devoción; nunca se quejó sobre su difíciles circunstancias y nunca pidió nada. Y ahora, hasta empeñó su cinturón para cumplir la Mitzvá del Kidush.

"Que sea la Voluntad de Di-s,
 que un día puedas ser tan rico que llegues a vestirte con ropas de seda" – lo bendijo.

La bendición del Rav fue cumplida. Rab Huna se hizo muy rico. No le faltaba nada.

Inmediatamente llegó la época de su hijo, Rabá, casarse.

La boda fue un gran y magnífico evento.

Al final de la noche, entró en uno de los cuartos y se acostó en una cama. Él era un hombre pequeño, y el cuarto estaba oscuro, su familia no notó que él descansaba en la cama. Sus hijas y nueras entraron al cuarto, se quitaron sus vestidos de seda y los colocaron sobre la cama.

Cuando Rab Huna se despertó se encontró completamente cubierto de seda. De esta manera la bendición de Rav se cumplió en completamente!

(Talmud tratado de Meguilá, 27b)

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