martes, 28 de diciembre de 2010

Tehilím

* Capítulo 104

Un Salmo que da cuenta de la belleza de la Creación, describiendo lo creado cada día. Proclama la imponencia de Dios, Quien lo sostiene todo.


"Un Salmo que da cuenta de la belleza de la Creación, describiendo lo creado cada día. Proclama la imponencia de Dios, Quien lo sostiene todo.

¡Bendice, alma mía, a Adonái! Adonái, Dios mío, Tú eres grandemente ensalzado; Te has vestido de majestad y esplendor. Tú [Te] envuelves con luz como con una vestidura; extiendes los cielos como una cortina.

El techa Sus cielos con agua; hace de las nubes Su carroza, [las] mueve sobre las alas del viento. Hace de los vientos Sus mensajeros del fuego abrasador Sus servidores.

Estableció la tierra sobre sus fundamentos, para que no vacilara nunca. Los abismos la cubrieron como una vestimenta; sobre las montañas se pararon las aguas.

Por Tu exhortación huyeron; al sonido de Tu trueno se fugaron. Ascendieron las montañas, bajaron a los valles, al lugar que Tú les has asignado. Estableciste un límite que no puedan cruzar, para que no volvieran a cubrir la tierra.

El envía los manantiales a los arroyos; ellos fluyen entre las montañas. Abrevan a todas las bestias del campo; los animales salvajes apagan su sed. Las aves de los cielos viven junto a ellos; alzan su voz de entre el follaje.

El riega las montañas desde Sus nubes en lo alto; la tierra se sacia del fruto de Tus obras.

El hace crecer la hierba para el ganado, y la vegetación, requiriendo la labor del hombre, para extraer el alimento de la tierra, y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace relucir el rostro, y el pan que sustenta al corazón del hombre.

Los árboles de Adonái beben hasta hartarse, los cedros del Líbano que El plantó, donde anidan las aves; la cigüeña tiene su hogar en el ciprés. Las montañas altas son para las monteses; los peñascos son un refugio para los conejos.

El hizo la luna para calcular las Festividades, el sol sabe su tiempo de ponerse. Tú traes la oscuridad y es noche, cuando gatean todas las bestias del bosque. Los leoncillos rugen por la presa, y buscan su alimento de Dios.

Cuando sale el sol recogen y se acuestan en sus guaridas.
El hombre sale entonces a su trabajo, a su labor hasta el atardecer.

¡Cuán multiformes son Tus obras, Adonái! Tú las has hecho a todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de Tus posesiones.

Este mar, vasto y ancho, donde hay innumerables criaturas rasantes, seres vivientes grandes y pequeños, allí transitan las naves, allí está el Leviatán que creaste para retozar en él.

Todos ellos miran hacia Ti con esperanza para que les des su alimento en su debido momento.

Cuando Tú se lo das,
lo recogen; cuando Tú abres Tu mano, se hartan de bien.

Cuando Tú ocultas Tu rostro,
se aterrorizan; cuando Tú tomas de vuelta su espíritu, expiran y retornan a su polvo.

Cuando Tú enviarás Tú espíritu serán nuevamente creados, y Tú renovarás la faz de la tierra. Sea la gloria de Adonái para siempre; regocíjese Adonái en Sus obras.

El mira la tierra,
y ella tiembla; El toca las montañas,
y humean.

Cantaré a Adonái con mi alma; entonaré alabanzas a mi Dios con [todo] mi ser. Sea mi plegaria grata a El; yo me regocijaré en Adonái.

Que se terminen los pecados de la tierra,
y que no haya inicuos más ¡Bendice a Adonái, alma mía! Alabad a Dios."

viernes, 3 de diciembre de 2010

El Despertador y el Perro Negro

Por Moshe Weber

No hace mucho tiempo, Rabi Sholom Ierushalmi paseaba por las calles de Jerusalém todos los días -antes del alba- para despertar a los judíos de la ciudad, para que pudieran servir Di-s.

Previamente, Rabi Berel Vikar, "El Despertador," había realizado esta tarea por veinte años. Luego pasó la tarea a su amigo, Rabi Sholom que heredó la profesión. Todas las noches excepto Shabat y Fiestas, Rabi Sholom se levantaba a medianoche, y recitaba Tikun Jatzot (Oración de luto-por-el-Templo) y la sección diaria de Salmos. Entonces, tomaba su linterna y caminaba por las calles de Jerusalém, cantando dulcemente:

"Levántense, despierten; ahora.
¡El alba se acerca, debemos servir al Creador!"

Primero, paseaba a través de la ciudad vieja. Después continuaba a través de las calles de Mea Shearim, Najlat Shiva y Iemin Moshe. Poco antes del alba, volvía a su sinagoga de la ciudad vieja, y oraba Shajrit. Nada lo detenía. Lluvia helada, el frío penetrante, o incluso el calor.

Una madrugada, mientras caminaba por las calles, cantando como de costumbre, se encontró a un judío secular, sentado ociosamente en el umbral de su casa. Cuando Rabi Sholom pasó con inocencia y alegría- el hombre, molesto por la canción, se levantó y vertió un cubo de agua servida en su cara. Rabi Sholom continuó su camino, como si nada hubiese ocurrido.

¡Al otro día, el hombre falleció de repente!. Su familia no conectó su desaparición repentina con el ataque a Rabi Sholom.

Dos días después, cuando Rabi Sholom estaba haciendo su ronda, encontró un monstruoso perro negro. El perro estaba sentado en los escalones donde, hacía tres noches, el judío ahora muerto había emboscado al rabino. Cuando pasó, el perro gruñó ferozmente hacia Rabi Sholom. Antes de que el rabino asustado pudiera reaccionar, el perro se detuvo de repente y se extendió a sus pies, lloriqueando ruidosamente. Rabi Sholom ignoró a la bestia. Continuó su camino, cumpliendo sus deberes.

El perro lo siguió.

"¿Qué hay de malo?" Rabi Sholom se dijo a sí mismo.
"Es simplemente un perro- nada raro, nada para temer."

La noche siguiente, cuando Rabi Sholom llegó a la casa del judío, el perro apareció nuevamente. Gruñó, desplegando los dientes afilados. Corrió hacia Rabi Sholom y arremetió, bramando un gruñido penetrante...

Y de nuevo aterrizó delante de Rabi Shalom, y a sus pies, gimoteó incesantemente. Rabi Sholom siguió su camino, cantando, despertando a los judíos píos de Jerusalém de su sueño. Sólo después de que el perro volvió, día tras día, empezó a preguntarse: "Este perro debe tener alguna importancia". Resolvió ir al Beit Din (corte rabínica), informándolos de este peculiar y misterioso episodio.

Al oír la historia, los rabinos del Beit Din expresaron su preocupación.

Posiblemente Rabi Sholom no vio un perro -quizás era una alucinación. Rabi Sholom había previsto el escepticismo de los rabinos. Así que, previamente, había pedido a dos respetables estudiosos que lo acompañaran una noche. Ellos dieron testimonio del perro y su conducta.

Los rabinos, aunque todavía escépticos, entrevistaron a la familia del judío difunto. Quizás el perro misterioso que aparecía cada noche se conectaba, de algún modo, a su pariente fallecido. La familia se rió de tal "disparate".

Esa noche, sentado al lado de la ventana de su casa, uno de los hijos vio el perro negro.

Burlonamente, gritó el nombre de su padre. Inmediatamente, el perro corrió hacia la ventana, gruñendo locamente. El hijo casi se desmayó de miedo. Perturbada, la familia volvió al Beit Din al día siguiente, e informó el evento.

"Parecería" resolvió la corte, "que este perro se conecta al difunto. Desarrollaremos un 'plan de arrepentimiento' que la familia debe aceptar, rectificando el pecado del padre de la familia." El rabino principal del Beit Din, Rabi Mordejai Leib, buscó el consejo de Rabi Jaim. Éste- quién era anciano, débil y enfermo- raramente tomaba parte en los juicios de la corte. Pero Rabi Mordejai Leib fue personalmente a su casa, a pedir su consejo en este caso peculiar y confuso. Él pidió que Rabi Sholom relatara exactamente los eventos, sin exageración.

Cuando Rabi Jaim entró en el Beit Din, los otros miembros de la corte lo saludaron con temor.

La familia fue convocada inmediatamente. Rabi Jaim les dijo: "Vuestro padre, atacando a Rabi Sholom, cometió un acto malintencionado. Podría haber callado la voz de Rabi Sholom que despierta a los judíos de Jerusalém para servir al Creador antes del alba. Así que, a mi parecer, el Todopoderoso reencarnó su alma en este perro que también perturba los esfuerzos de Rabi Sholom." "Por consiguiente," ordenó Rabi Jaim, "hemos preparado un ' plan de arrepentimiento' para rectificar la situación.

Esto librará el alma de vuestro padre. Como ustedes saben, Jerusalém está llena de casas de Oración y estudio de Torá y vuestro padre trató de interrumpir estas actividades. El arrepentimiento consistirá en:

(1) pedir perdón a Rabi Sholom,
(2) proporcionar bebida caliente cada noche para los que estudian en las casas de Oración,
y (3) En invierno, deben proporcionar leña, para calefaccionar las sinagogas y casas de estudio. Así rectificarán el pecado."

La familia aceptó el veredicto de la corte y el 'plan de arrepentimiento'. (De hecho, en épocas recientes, esta familia proporciona aún té y café a las sinagogas y casas de estudio de Jerusalém cada noche, así como el combustible para calentar los lugares en invierno).

La corte rabínica, después de terminar con la familia, se dirigió a Rabi Sholom.

 "Rabi Sholom, la próxima vez que se encuentre a este pobre alma atrapada en el perro, diga: "¡En nombre de los rabinos principales de Jerusalém y su corte rabínica, ha logrado ya la rectificación de su alma, y yo, Rabi Sholom Ierulshalmi, lo perdono completamente!"

La noche siguiente, Rabi Sholom encontró a la bestia en el mismo lugar. Él interrumpió su canción y dijo al perro, lo que el Beit Din le había ordenado.

El perro desapareció al instante, y nunca se lo vio de nuevo.

* Fuente: Jabad.com

lunes, 29 de noviembre de 2010

Janucá - Chispas Divinas en un Banco de Plaza

Las velas de Janucá logran derretir el corazón de un anciano.

* Por Jaim Drizin

El coche se veía magnífico. Me quedé parado admirando nuestra obra en medio de los copos de nieve que caían suavemente, debo admitir que era la mejor Menorá móvil que había visto en mi vida.

El Bonneville del '78, con la enorme Menorá de madera encima definitivamente llamaría la atención de la gente —y esa era nuestra meta.

Planeábamos visitar los centros comerciales y hogares de ancianos —y dondequiera que pudiéramos difundir la alegría y el mensaje de Janucá.

Éramos siete u ocho apretados en el pequeño auto; el portaequipaje estaba lleno de menorot de latón y velas de colores que esperábamos distribuir.

Mientras que los muchachos más expertos en temas tecnológicos discutían las propiedades del aparato electrónico que accionaba las luces de nuestra Menorá eléctrica (¿Qué es un alternador?). Yo miré fijamente hacia afuera la oscura noche cerrada de invierno.

Llegamos a nuestro destino, un enorme complejo residencial en Brooklyn, cercano a nuestra Ieshivá.

En los años 70 se habían abierto las compuertas de Rusia, y el Trump Village era el destino elegido por miles de inmigrantes recién llegados.

A menudo ancianos, estos enérgicos judíos llevaban décadas sobreviviendo el yugo comunista con su identidad judía intacta; no obstante, sabían muy poco sobre los detalles de la Torá y las mitzvot, y nosotros teníamos la esperanza de hacer surgir esta chispa oculta.

Lo vi sentado ahí. Era un hombre mayor de unos setenta o setenta y cinco años de edad, sentado en uno de ésos bancos tan conocidos de New York.

La base era de concreto y el asiento era de madera pintado de verde, frente al banco había una mesa de ajedrez de concreto. Él estaba sentado mirando a los coches pasar en esa gélida noche.

"¡A freilajn Janucá! ¿Quiere encender la Menorá? "Le pregunté, esperando que me ayudara a lograr mi meta personal de diez personas que esperaba inspirar esa noche.

"Retírese por favor" contestó en idish. "No estoy interesado" dijo, quizás un poco más suave.

Intenté convencerlo. Le expliqué la historia de Janucá, incluso le rogué un poco, pero él continuo firme en su decisión. "No, gracias. Ahora por favor déjeme tranquilo, buenas noches".

Viendo que perdía la oportunidad, pero no absolutamente dispuesto a tirar la toalla totalmente, tomé la Menorá de lata, la puse sobre la mesa de ajedrez, inserte cuatro velas coloridas en las pequeñas ranuras que parecen haber sido diseñados para velas mucho más delgadas que las mías, las encendí, y le dije al anciano: "Aquí está la Menorá. Si la desea, es suya —sino, no".

El hombre no dijo nada y yo me fui.

"Continuamos nuestro recorrido por el complejo,
y agradecimos a Di-s por haber sido extremadamente exitosos esa noche."

Se hizo tarde y era hora de ir a casa.

Mi mente volvía siempre al anciano judío ruso sentado solo en ese banco.

"Vayamos a donde vimos al anciano". Sentía curiosidad. Quería saber qué había hecho con la Menorá ¿la había tirado, o la dejo abandonada sobre la mesa?

Hay imágenes que se le adhieren a uno. Acontecimientos que dejan una impresión indeleble en la psique, incluso treinta años más tarde uno puede verlos claramente.

Este es uno de ellos.

"Veo al anciano sentado en el banco.
Sus ojos llenos de lágrimas, fluyendo abundantes por sus mejillas."

Las velas siguen apenas encendidas y él está mirándolas fijamente. Mirando y llorando. Las llamas flamean y un alma se enciende.

No sé dónde está, ni siquiera se su nombre. Sin embargo, se que esa noche tuve el privilegio de ver algo maravilloso.


* Fuente: Jabad.org.uy

domingo, 7 de noviembre de 2010

Rabbi Lazer Brody - Niggun Ga'aguim

* This is a pictorial introduction to the CD that has given inspiration and encouragement to tens of thousands of people around the world. "Hashem Loves Me" and all the other Rabbi Shalom Arush - Rabbi Lazer Brody CDs and books are available at www.breslev.co.il

domingo, 31 de octubre de 2010

Mujer Judia - Mi Primera Tahara

Por Anonimo
Imagínese por solo un momento que usted ha muerto. Su alma está flotando sobre su cuerpo, y usted esta asustado y confundido.

"¿Qué esta sucediendo?

¿Estoy muerto?

¿Qué pasa?"

Entonces ve a dos extraños que se acercan y comienzan a preparar su cuerpo para el entierro. A este punto, usted se da cuenta que para reencontrarse con su Creador en perfecto estado de pureza su cuerpo debe ser preparado de cierta manera, y estos hombres lo están haciendo de forma incorrecta.

Usted desea pedirles que lo preparen para su destino correctamente, pero nadie oye sus súplicas.

Esto no es una pesadilla. Es una historia verdadera, y sentía que esto era lo qué iba a suceder con la querida tía de mi marido.

Ella vivió y murió en un pequeño pueblo donde no había "jevra kadisha" ("sociedad santa" que prepara a los judíos para el entierro de acuerdo con la tradición judía), y debido a circunstancias más allá de nuestro control, no había manera de transportar su cuerpo a un lugar en donde ella podría ser preparada correctamente.

Me dejaron con tan solo una opción:

"Podía dejar que fuera enterrada en estado de impureza,
o podría realizar la tahará (proceso de purificación) yo misma…"

Soy el tipo de persona que no puede ver un animal muerto, menos aún a una persona fallecida. Siempre acelero y miro a otro lado cuando paso cerca de cualquier tipo de accidente y me rehúso a ver películas de terror o violentas.

He llegado a desmayarme a la vista de sangre.

Realizar la tahará era definitivamente la cosa más espantosa que hubiere pensado hacer, pero negarle un apropiado entierro judío estaba fuera de toda duda.

Mi marido y yo vivimos en Miami, y programamos ir a la ciudad donde estaba por ser llevado a cabo el entierro antes de la salida del sol. Sabía que los judíos son preparados para el entierro de una manera muy especial, pero nunca realmente me interiorice en los detalles de cómo esto se realizaba.

Ahora bien, tenía que aprender cómo realizar la tahará en las pocas horas que me quedaban.

Llamé a mi rabino, y él me contacto con una mujer, que ahora pienso debe ser mitad ángel.

Ella me llevó a una funeraria para hacer el "curso acelerado de tahará" y solo atravesar esa puerta ya fue una tortura para mí. Allí, ella me dio las instrucciones rituales, y un vídeo en el cual la tahará es realizada en un maniquí, y me dio los materiales necesarios.

Después de esto, me llevó para ver un cuerpo que estaba listo para el entierro, pero fui incapaz siquiera de entrar al cuarto donde estaba el cadáver, y todas mis dudas y temores comenzaron a aterrarme.

¿Si no podía siquiera ver el cuerpo de una persona desconocida, cómo me entraba en la cabeza que iba a poder ver a mi dulce tía? Le dije a la mujer que me explicara el ritual y las plegarias y más adelante reuniría el valor de alguna manera. Viendo lo nerviosa y estresada que estaba, ella se ofreció a ayudarme dirigiéndome por teléfono a cada paso.

¡Qué brillante idea!

Todavía temblando fui a casa, leí las instrucciones y las plegarias rituales varias veces, y miré el vídeo con el maniquí, hasta el agotamiento.

Tan pronto como me fui a la cama, mi corazón y mente comenzaron acelerarse alocadamente. No pude dormir ni por un segundo esa noche. Apenas mi marido se despertó le dije que no podría hacerlo. Una vez más comenzamos a buscar alternativas.

Llamamos a más rabinos, más asociaciones y más fundaciones, inútilmente. No había otra opción que dejarla que fuera enterrada en forma impura, o hacerlo yo misma.

Una persona no puede realizar la tahará sola.

El número ideal de personas es cuatro, pero en este caso, tampoco existía esta opción. La única mujer judía que podría ayudarme era mi cuñada, y ella era aún más temerosa que yo. No había opción y ella valientemente se ofreció.

Podía ver el dolor sus ojos. Ella amaba a su querida tía y perderla ya era lo suficientemente difícil. Era un largo viaje, y yo, la "experta" en tahará, tenía bastante tiempo de explicarle el procedimiento.

Llegamos a la funeraria y vimos el vídeo por última vez.

Antes de entrar a la sala preparatoria, me tomé un momento y rogué a Di-s con toda mi fuerza. Pedí valor, amor, luz, guía y toda virtud positiva que podía imaginar. Pedí a Di-s que me ayudara a realizar este ritual perfectamente de modo que la difunta pudiera entrar en su aposento divino en pureza.

Entonces, mi cuñada y yo entramos a la habitación. En ese momento note que mi celular no tenía servicio, y me aterré.

¿Cómo iba a llamar a mi "mujer ángel"? ¡Encontré un teléfono, lo conecté y funcionó!

Hasta ese momento incluso no me había atrevido a mirar el cuerpo cubierto del otro lado del cuarto. Llamé a mi mujer de apoyo, la puse en el altavoz, y comencé la tahará.

Tan pronto como comenzamos el ritual y las plegarias correspondientes, entré en un estado de trance y comencé a sentir un amor especial, paz y serenidad que abarcaron mi ser entero. Todo fluyó perfectamente. Parecía como si mi alma hubiera asumido el control y sabía exactamente qué hacer.

"No estaba asustada de mirar, tocar o hacer cualquier cosa. Estaba haciendo algo hermoso y muy importante. ¡La máxima expresión de bondad!"

Cuando finalmente acabamos y salimos del cuarto, mi marido nos dijo que estuvimos más de una hora y media. Pareció que hubiéramos estado solo unos minutos, como si hubiéramos sobrepasado tiempo y espacio.

Después del entierro, cuando finalmente tuve un momento para pensar, recordé que me habían enseñado que la preparación de un cuerpo para el entierro era el máximo acto de altruismo, ya que no se puede esperar ninguna retribución por parte de los difuntos.

Pero en este caso, sentía que yo había sido la más beneficiada.

Esta oportunidad me permitió aprender sobre nuestra impresionante religión y sobre lo que es realmente importante en la vida. Soy una persona distinta desde ese día, y espero que Di-s me ayude a seguir así.

Cuando volví a casa, sentí como si necesitara animar a todo el mundo que haga la tahará en caso de necesidad, y ésta es la razón por la que escribí esta historia.

Créame, si mi cuñada y yo fuimos capaces de realizar la tahará, cualquier persona puede. No es aterrorizante ni tétrico, y nuestros miedos son mucho peores que el acto en sí mismo.

Es una experiencia espiritual increíblemente hermosa, y nada puede ser más importante que enviar un alma a reunirse con Di-s con amor, cuidado y pureza.

Cada judío tiene este derecho, y no debemos permitir que entierren a un judío sin una apropiada tahará. Si aun un alma judía es enterrada con la apropiada tahará debido a esta historia, compartir esta experiencia ha cumplido con su propósito….

* Fuente: Jabad.org.uy

jueves, 21 de octubre de 2010

Father and Son: Thank You, Hashem


Rabbi BenTzion Brody jams with his father, Rabbi Lazer Brody. When a bolt of lightning and a crash of thunder brought a downpour of rain that broke a nasty dry spell, they burst forth with "The Ashdod Rain Song," a song of thanks to The Almighty.



domingo, 10 de octubre de 2010

El Kotel


“El Sagrado Templo será destruido, y los judíos saldrán al exilio. Pero el Muro Occidental del Sagrado Templo nunca será destruido”…


Jabad.org.ar - “Será la señal de que la Presencia Divina reside allí”

Los iehudim no olvidaron el Beit Hamikdash.

Cada año, el 9 de Menajem Av, el día en que el Primer y Segundo Templo de Jerusalem fueron destruidos, los judíos se reunían allí.

Los romanos no toleraban ver cómo los hebreos se aferraban al Muro y planearon remediar la situación.

Instigaron a todos los gentiles que vivían en Jerusalem a arrojar la basura diariamente en el Muro. Lentamente el montículo de basura creció y el Muro quedó cubierto en su totalidad por los desperdicios.

Pasaron muchos años.

Un judío renombrado visitó Israel y vino a Jerusalem.

Caminó por las calles, buscando el Kotel, sin poder hallarlo. Preguntó a los transeúntes y todos se encogían de hombros; nunca habían visto el Muro.

El hombre no se dio por vencido.

Día y noche continuaba con su búsqueda. Cierta vez notó la presencia de una mujer muy anciana que acarreaba un pesado paquete de basura.

El judío preguntó: “¿Qué es lo que traes?”.

La mujer respondió: “Traigo mi basura para arrojarla sobre la colina”

El hombre volvió a insistir: “¿No tienes un lugar más cercano a tu hogar para llevarla?”

“Es una antigua costumbre la de arrojar la basura aquí.

En otra época aquí se erigía un magnífico muro de piedra. Los judíos lo consideraban santo. Los conquistadores romanos ordenaron a los habitantes gentiles a cubrirlo con desperdicios”. Arrojó su bolsa allí y se retiró.

El iehudí lloró y dijo:

“No me moveré de aquí hasta que logre remover la basura y dejar a la vista el Kotel Hammaraví”

Salió a las calles de Jerusalem y susurró entre los que allí pasaban: “Dicen que hay un tesoro escondido debajo de la colina de basura” Él mismo tomó una pala y comenzó a cavar.

A los pocos minutos una multitud lo rodeaba, imitándolo.

La ciudad entera hablaba del tesoro enterrado.

Todos llegaban con palas y removían la basura. Ya se veían las piedras del Muro. Cuando cayó el sol la gente se retiró.

El judío escondió algunas monedas de oro en la colina.

A la mañana temprano uno de los excavadores halló una moneda y luego otro.

Estaban seguros de que el tesoro estaba bien abajo. Cada día agregaba más monedas hasta gastar toda su fortuna en su misión.


Luego de 40 días de trabajo, todo el Muro quedó a la vista.

En el mismo lugar de donde Di-s tomó la tierra para crear a Adam con Sus manos, donde Abraham trajo a Itzjak para sacrificarlo, donde estuvieron el Primer y Segundo Templo, allí mismo será reconstruido el Tercer Beit Hamikdash, con la pronta llegada del Mashiaj.
 

domingo, 19 de septiembre de 2010

Sucot - Que las Palabras de Mi Boca Sean Aceptables



- El jasid Reb Refael Najman Hakohen relató:

En Jol Hamoed Sucot de 5691, fui enviado a un campo de trabajo en lo más profundo de Rusia.

Era parte de un grupo de prisioneros que eran transportados con una fuerte guardia, y así nos llevaban a pie de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo.

Mientras caminaba, vi sauces que crecían al lado del camino.

El día era Hoshana Raba, y al caminar arranqué cinco ramas de sauce y las tiré al suelo.

Debía decir “Que sea tu Voluntad” (Iehí ratzon); pero mi sidur estaba en el equipaje en una carreta que iba detrás de nosotros.

Elevé mis ojos al cielo y dije:

“Señor del mundo,
que sea Tu voluntad que esto sea como si yo hubiese dicho
“Que sea tu Voluntad.”

 
* Fuente: Jabad.com

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Elana Mizrahi - A no rebalsar (Aprender cuándo es suficiente)


Por Elana Mizrahi - Nacida en el Norte de California y graduada en La Universidad de Stanford, Elana Mizrahi hoy vive en Jerusalem con su esposo e hijos. Ella también prepara a novias para el casamiento y es escritora.

 - Tengo un hervidor de agua.
 
Ponen agua en el interior, pulsan el botón y al instante se calienta. El agua comienza a burbujear, el vapor sale desde arriba, y se oye un silbato.
 
El agua llega a estar muy, muy caliente, y por eso a veces antes que el agua hierva, hago clic en el botón de encendido para que el agua no entre en ebullición con tanta fuerza.

Me resulta difícil decir no. Me resulta aún más difícil pedir ayuda. Incluso cuando era niña peleaba con mi madre, discutía con ella porque no me compraba mucha ropa.

Sé dar, pero no sé recibir.

Parte de esto se debe a mi personalidad. Estoy auto-motivada y trabajo duro. No acepto un "no" como respuesta. Y parte de esto es debido a cómo mis padres me criaron, a la enorme cantidad de responsabilidades emocionales y físicas que me dieron convirtiéndome en la madre de la madre.

Cuando me casé con mi marido me enteré de que si no le permitía darme, no iba a funcionar. En hebreo la palabra "dar" es deletreada igualmente al derecho y al revés, lo que nos enseña que cuando se da, inevitablemente recibimos y cuando recibimos, automáticamente damos.

Sin embargo, debo admitir que incluso con él es tan difícil para mí pedir nada.

Recibo llamadas todo el tiempo. "Elana, puede usted..." antes incluso de terminar su solicitud ya he dicho que sí y me comprometo a... llenar el espacio en blanco. Yo trabajo, enseño, cocino todas nuestras comidas, limpio nuestra casa, hago todas las compras, recibo huéspedes, cuidado de los niños... en verdad que hago todo.

Trabajo a tiempo completo, soy una estudiante de tiempo parcial y soy también un ama de casa de tiempo completo.

¿Por qué? Yo me pregunto esto, "¿Por qué?" ¿Qué me está guiando?

Soy obstinada, tenaz.

¿Tal vez sea orgullo o arrogancia?

¿Tengo miedo de no ser amada o aceptada? ¿Aún me querría todo el mundo si yo no fuera perfecta o una supermujer?

Puse agua en la tetera y gire el botón de encendido. El agua hierve, se pone más caliente y más caliente. El vapor sale y la tetera empieza a silbar.

Hace un año me sentí muy cansada, más allá del agotamiento.

Me despertaba cansada.

Me iba a dormir, cansada. Mi día estaba lleno de fatiga.

Fui a un médico.

Hice un análisis de sangre. Mis niveles de la hormona estimulante de la tiroides eran muy altos lo que indica que mi tiroides era lenta y no funciona como debería. Una ecografía también mostró un quiste en mi tiroides.

Uno de los síntomas de hipotiroidismo es agotamiento. Al mismo tiempo, nuestra situación económica se hizo más difícil. Me obligué a trabajar más duro y más duro. ¡No es asombroso que estuviera tan cansada!

Para añadir a la lista de cosas que hago también me dedico a la curación (practico reflexología y terapia de masaje, así como la terapia del yoga y la meditación) y me puse a examinar mi propia condición.

De manera global la tiroides se relaciona con la fe. El cuello (la ubicación física de la tiroides) está relacionado con la propia perspectiva y terquedad.

"Elana, si no evitas esto te vas a quebrar" me dije. "¡Elana, necesitas ayuda!"

Comencé a buscar a alguien que viniera a ayudarme una vez a la semana para limpiar mi casa. Pero todo lo que podía hacer era decirme a mí misma que no lo podía permitir. A pesar de que sabía que lo necesitaba, es tan difícil de cambiar.

Mi esposo se molestó conmigo. "¡Necesitamos ayuda! No es un lujo sino una necesidad"

Oré y me volví hacia el Creador.

"Por favor, ayúdame a fortalecer mi fe. Déjame depender únicamente de Ti y no de mí, envíame a las personas adecuadas para enseñarme cómo recibir, porque en última instancia todo lo que reciba de alguien es aceptar y asumir lo que Tú me das".

He leído obras jasídicas sobre el fortalecimiento de la fe en Di-s, fui a acupuntura para relajarme y finalmente acepté la ayuda. Mis niveles de TSH volvieron a bajar en menos de un mes y medio.

Cuando Di-s creó el mundo Lo hizo todo por Si Mismo. La descripción registrada en la Torá se encuentra en la tercera persona del singular. Sin embargo, en el sexto día, cuando Di-s creó al hombre, la Torá dice: "Hagamos al hombre".

Los comentaristas explican que Di-s estaba hablando con los ángeles. A pesar de que Él creó al hombre solo, diciendo "hagamos" nos enseña humildad.

¡También nos enseña que no hay nada de malo en pedir o recibir ayuda!

No me gustaría pensar que un día mis hijos crezcan y se sientan inferiores porque no pueden hacer algo por su cuenta.

Yo quedaría devastada si no vienen a mí para pedir consejo o ayuda porque les enseñé que tenían que ser perfectos y hacer todo por sí mismos.

Así que una vez más pongo el agua en mi calentador. Lo activo.

Pero antes de adelgazar, antes de sentirme resentida o muy cansada, pulso el botón de apagado. Me detengo, ruego, pido ayuda. Y me siento afortunada de que por ahora he impedido el desborde.


* Fuente: Jabad.com
 

lunes, 23 de agosto de 2010

Jai Elul - Selijot en Berditchev

Era erev Rosh Hashaná en Berditschev.

El espíritu de santidad rondaba en el aire.

Cada corazón latía fuertemente con el pensamiento del inminente Día del Juicio; cada mente estaba ocupada con pensamientos de arrepentimiento. Las cuentas en la "hoja de balance "de buenas y malas acciones del año anterior no daban --todos se encontraban con sus cuentas "en rojo."

Se perdió demasiado tiempo que pudo haber sido usado en el estudio de la Torá; quizás se debió haber dado más ayuda a los pobres --y ¿cuánto de ello se dió con pureza de corazón?

¿Y qué decir de todos esos chismes difundidos, a veces hasta dañinos? Solamente D-os sabe cuántas malas acciones, grandes y pequeñas, se han acumulado durante el año. Es un buen momento para pensar …

Bueno, gracias a D-os por las selijot.

Aquí está la oportunidad de abrir nuestro corazón a D-os, la última oportunidad para recurrir a D-os con súplicas reales, antes de que termine el año. Y el Misericordioso probablemente entenderá y perdonará, ya que el nuevo año será definitivamente mejor...

Tales eran los pensamientos que prevalecían en las mentes de todos, al levantarse con apuro los judíos de Berditschev de sus cálidos lechos para ir a la sinagoga para las selijot de Zejor Brit. Estaba todavía muy oscuro afuera, ya que faltaban horas para el amanecer. No esperaron que el shamash los despertase en este último día del año.

Al apurarse de camino a la sinagoga, el aire fresco del otoño se llevó los últimos vestigios de sueño de sus ojos. Se encontraron ahora con el shamash, quien continuaba tocando, golpeando con su largo bastón en las oscuras persionas de los rezagados que se habían dormido, y llamando, "Santo rebaño, levantaos para el servicio de D-os!" Y pronto las hendiduras en las persianas se llenaron de luz ya que nadie --pero nadie-- iba a quedarse en la cama en esta solemne mañana.

Las estrechas calles pronto se llenaron con viejos, jóvenes y chicos de todas las edades. Muchos fueron a la mikve para su inmersión, y salieron sintiéndose purificados e inspirados. Había muchos visitantes en Berditschev, quienes habían venido a pasar los Días Solemnes en la cercanía del santo Rabino Levi Itzchak de Berditschev.

Ahora iban hacia la casa del Rabino a fin de acompañarlo a la sinagoga.

Al aproximarse al hogar del Rabino, lo vieron en la puerta cuando salía.

Se sorprendieron de ver que sostenía una canasta, de la que sobresalía, invitador, el cuello delgado de una botella de vodka. El tentador olor de kijlej recién horneado y de arenque fresco no podía ser ignorado. "…

¿Qué va a hacer el Rabino con ese refrigerio a esta hora?" se preguntaron, al seguirlo en silencio a una distancia respetuosa. Se aproximaron a la sinagoga. Las ventanas brillaban con luz, y uno podía ver a través de ellas que la sinagoga ya estaba llena de fieles de pared a pared, esperando al Rabino.

¡Pero el Rabino siguió de largo de la sinagoga! La expectativa de sus seguidores aumentó a cada paso. "¿Dónde va el Rabino? ¿Está tan absorto en su meditación que no observó la sinagoga…?"

El Rabino siguió caminando, hasta llegar casi a las afueras del pueblo. Se dirigió a la gran posada, con sus seguidores en sus talones. Entró, y sus seguidores lo acompañaron.

El gran salón de la posada estaba lleno del olor a tabaco viejo, y botellas vacías de vodka se encontraban desparramadas por todo el lugar.

En el piso del poco iluminado salón se encontraban hombres durmiendo, apretados como sardinas --agricultores, comerciantes, caminantes y pordioseros-- muchos roncando en una melodía de silbidos y tonos sonoros.

El Rabino se inclinó sobre un hombre que dormía, cuyos tzitzit sobresalían de su caftan, con su quipá precariamente sobre su cabeza. Era un hombre delgado, un manojo de huesos sostenidos por una pálida piel que parecía lista para quebrarse en varios puntos.

Con gentileza, el Rabino lo despertó murmurando: "Reb Yid, tu garganta está seca … debes haber roncado mucho tiempo. Despierta y toma un sorbo de este schnapps! Tengo también una bebida suave, arenque fresco y kijlej, una delicia…" El judió abrió sus ojos con sorpresa, miró el refrigerio y retrocedió con horror.

"No te conozco, mi amigo, ¿pero no tienes a D-os en tu corazón?
¿Tomaría yo mashke antes de haberme lavado mis manos?
¿Comería antes de decir mis plegarias matutinas? ¡Debes estar bromeando...!”

El Rabino pasó al siguiente judío que dormía.

Con suavidad lo sacudió por los hombros y repitió su oferta de una manera muy tentadora, pero la respuesta fue la misma. No le fue mejor al Rabino con el tercero y el cuarto...

Luego el Rabino se inclinó sobre un rústico y corpulento campesino que dormía.

"Iván, ¿Quieres un schnapps y un refrigerio?"

Iván se levantó rápidamente. La palabra “schnapps" actuó como magia. "¡Dáme!" dijo, y se tomó el vaso de vodka de un solo trago. Ansiosamente comió el arenque y un kijel, saboreándolo y lamiendo sus labios.

"Gracias amigo …" murmuró, y cuando ya no había más para él, se volvió al otro lado y pronto roncaba con felicidad de nuevo.

El Rabino pasó al siguiente agricultor que dormía.

"Stefan, ¿quieres algo de tomar?" La historia se repitió y el Rabino le ofreció refrigerio a otros clientes, hasta que la canasta estaba vacía.

Todo estaba en silencio, cuando el Rabino de Berditschev levantó sus ojos al cielo y dijo, "¡Señor del Universo! ¡Mira a tus hijos! Iaacob se levanta en la mañana y su primer pensamiento es para ti! ¡No dejaría que nada pasara por sus labios hasta haberte alabado! Pero el primer pensamiento de Esav es la comida y la bebida … "

Su cara brillando con satisfacción al haber logrado su misión, el Rabino se volvió hacia sus seguidores. "Y ahora, rebaño sagrado, vayamos a la casa de D-os. Podemos ahora dar la cara a nuestro Creador con confianza y rezar para un feliz año nuevo …”

 
* Fuente: Jabad.com